El ser humano nace sumamente
indefenso, diríamos que es una de las criaturas que más tiempo necesita para
desarrollarse y conseguir ser autónomo
en la faz de la tierra, todos los cuidados son pocos y las necesidades
muchas…
Sin embargo no nacemos absolutamente
desprovistos de todo, sino equipados de serie con un conjunto de conductas destinadas
a llamar la atención de las personas que tenemos alrededor nuestro para que nos
atiendan (llanto, gorgeo, sonrisa refleja etc…), de ellas el llanto es la
más llamativa, y a la que de forma digamos instintiva solemos responder.
¿Qué es el apego?
Vínculo, relación muy especial
que se establece entre el niño y normalmente su madre durante los primeros
meses de vida. Esta vinculación está orientada a atender las necesidades del
bebé.
He dicho que este vínculo o
relación especial se establece entre el niño y su madre, pero también se
puede establecer con otras personas como el padre, abuela, abuelo etc.. la
condición es que se mantenga siempre presente y atenta a las necesidades del
bebé y que responda a sus señales que el niño emite de forma efectiva.
Freud consideraba que este
vínculo se establecía con la madre ya que era quien daba de comer al niño, sin
embargo a partir de los experimentos del doctor Harlow, (con la mona de alambre
y la mona de pelo) se llegó a la conclusión de que ello no era así, es decir en
la formación del vínculo se requiere de contacto físico que resulta que es
fundamental para su desarrollo.
¿Cómo se forma el apego?
Es una relación emocional perdurable con una persona o cuidador
primario que produce sosiego, consuelo, agrado y placer en el niño.
Como hemos dicho, el niño nace
con un conjunto de conductas orientadas a llamar la atención de las personas
que están en su entorno para que lo atiendan y satisfagan sus necesidades,
por tanto estas conductas suelen aparecer cuando el niño tiene hambre,
sueño, está cansado, está enfermo o asustado…
Si este cuidador principal
responde de un modo correcto a estas señales y de forma inmediata, la ansiedad
del niño desaparece y se va conformando en él la sensación de que todo va bien,
se va generando seguridad en el niño.
Pero si solo se atiende unas
veces sí y otras no y además la respuesta puede ir acompañada de conductas
agresivas por parte del cuidador principal,
ello puede dar lugar a lo que se conoce como un apego inseguro que sin
lugar a dudas incidirá en el desarrollo emocional del niño.
Los diferentes estudios ponen de
manifiesto que la vida emocional de un niño (es decir, su forma de
sentir el mundo y relacionarse con los demás) se va conformando a medida que se
desarrolla su cerebro.
Los estudios indican que los
18 primeros meses son esenciales en este proceso. Está claramente
demostrado que la capacidad biológica de vincularse a otros seres tiene una
base biológica.
No podemos olvidar que durante
los tres primeros años de vida se conforma el 90% de lo que será el cerebro
adulto.
¿Hay formas de saber que se ha desarrollado correctamente el apego?
Varios indicadores definen al
niño que tiene vínculos de afecto seguro:
- Ø No muestra excesiva angustia cuando se separa de sus padres (a partir de los 3 años, antes de los 8 meses no tienen miedo a los extraños) aunque prefieren la compañía de sus padres
- Ø Busca el amparo de sus padres cuando está asustado y responde con un comportamiento positivo a sus muestras de afecto.
- Ø Estos niños son más empáticos con los demás a lo largo de la infancia
- Ø Suelen ser más maduros y menos agresivos o conflictivos que los pequeños con apego inseguro.
- Ø Mantienen una relación estable con sus padres y confía en ellos, aunque estén atravesando momentos de estrés.
- Ø Cuando se convierten en adultos tienden a establecer relaciones más afectivas a largo plazo, basadas en la confianza y en la capacidad de disfrutar de la intimidad con otra persona.
- Ø Suelen tener una magnífica autoestima, autoconcepto y seguridad en sí mismos.
¿Qué consecuencias puede tener para una persona desarrollar un apego
inseguro?
Está demostrado que los padres
que durante estos primeros tres años de vida no han mantenido una respuesta
consistente a esas señales enviadas por el bebé, que después y de forma
frecuente, rechazan directa o indirectamente a sus hijos, que les hacen
críticas duras a su persona y no a su conducta, lo más probable es que
estos niños acaben desarrollando un vínculo de apego inseguro, lo que
significa que evitarán la intimidad emocional.
Los niños que desarrollan
vínculos de apego inseguro sienten que las emociones de cuidadores no son
estables y se sienten amenazados en momentos de estrés.
Se estima que al menos el 25% de
la población crece en hogares donde las relaciones emocionales son deficientes,
aunque se satisfagan las físicas.
En general serán niños más
llorones, con más necesidad de llamar la atención, más quejosos. En los casos
más extremos o difíciles niños aislados o agresivos con falta de empatía.
Según Elsa Punset en su libro
“Brujula para navegantes” estas personas desde el punto de vista neurológico tienen
una pobre integración entre el lado izquierdo y el derecho del cerebro. No
utilizan la parte derecha de su cerebro para captar la comunicación no verbal: las
miradas, el tono de voz, el lenguaje corporal. En este caso, aunque no
presenten daños neurológicos, su forma de relacionarse con los demás recuerda a
la de las personas autistas.
¿Qué pueden hacer los
padres y madres para desarrollar vínculos de apego estables con sus bebés?
Se ha demostrado que las
experiencias tempranas (primeros meses de vida) que forman vínculos de apego
estables son:
Ø
Acunar al bebe
Ø
Mecerlo
Ø
Cantarle
Ø
Alimentarle
Ø
Mirarlo de forma detenida
Ø
Besarlo
Ø
Y otras conductas nutrientes
emocionales asociadas a los cuidados del bebé. Son estos elementos por tanto
los que conforman la experiencias de vinculación en estos primeros 18 meses de
vida.
¿Qué relación existe entre el apego y la prevención de drogodependencias?. la relación es muy clara, las personas que desarrollan un apego seguro durante los primeros años de vida, tienen en general una mayor autoestima, seguridad en sí mismas y mejor autoregulación emocional, además de ser más empáticas. Todas estas características son factores de protección frente al futuro consumo de drogas. Por tanto la prevención hay que iniciarla desde el mismo momento del nacimiento de nuesto hijo o hija.
Mª Julia Parras Cañada
Coordinadora de Torredelcampo ante las drogas
No hay comentarios:
Publicar un comentario