TORREDELCAMPO ANTE LAS DROGAS

Programa de prevención de drogodependencias comunitario dependiente del Ayuntamiento de Torredelcampo, y la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía

viernes, 15 de mayo de 2015

USO DE LAS TIC ENTRE LOS JÓVENES ESPAÑOLES Y ANDALUCES

La relación que los jóvenes mantienen con las TIC en general y las redes sociales en particular es sumamente diferente del acercamiento que a estas herramientas realizamos los adultos.
Hoy día, a las nuevas generaciones se las conoce por el sobrenombre de “nativos digitales”, de tal manera que estas tecnologías de la información y la comunicación están tan presentes en su mundo y su realidad que no conciben la vida sin ellas. No es difícil encontrar chavales de 14 a 24 años, incluso mayores, que experimentan auténticos ataques de ansiedad cuando su móvil se queda sin batería o Internet no funciona. Mucho me temo que en un futuro no muy lejano el tratamiento a las adicciones sin sustancia se va a incrementar de forma muy significativa.
Ahora bien, tal y como establecen dos importantes estudios publicados recientemente en nuestro país: “Jóvenes y Género” del Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud y otro, centrado en nuestra Comunidad Autónoma y desarrollado desde las Universidades de Sevilla y Huelva “Diferencias de género  en los estilos de vida de los adolescentes”, alertan de que las formas de aproximación a las redes sociales entre chicas y chicos es radicalmente diferente, apuntando a diferencias asociadas al género.
En general, las mujeres tenemos cierta tendencia a hablar con nuestras amistades (en general otras mujeres) sobre nuestros pensamientos, deseos e intimidades de forma más directa que los hombres (y esto desde mi punto de vista se debe tanto a razones educativas y culturales como de organización neurológica del cerebro). Pues bien, esta realidad se traslada de forma habitual al mundo virtual, de tal manera que según estos estudios, las chicas suelen introducir en sus perfiles sociales mucha más información de carácter personal y emocional, que los chicos de su edad, con el consiguiente peligro que ello entraña. A este respecto se señala en el estudio llevado a cabo por el centro Reina Sofía que “Las chicas, en principio, parecen menos  sensibilizadas hacia estos peligros, porque “en comparación con los chicos, ellas describen en sus perfiles situaciones más personales e íntimas; exponen con mayor frecuencia fotografías, autofotos y fotos sensuales, y utilizan más frecuentemente las redes sociales como espacio de relación con sus amistades.

Al tiempo que se exponen personalmente más que los chicos, también reciben más solicitudes de amistad; más propuestas de desconocidos y proposiciones sexuales; conocen competiciones donde son puntuadas por su físico.

Las chicas viven en las redes sociales un riesgo a ser acosadas y una vulnerabilidad mayor que los chicos” (Observatorio Vasco de la Juventud, 2010).

Este último Informe señala que las chicas remiten numerosos casos de acoso en la Red, traspasando a lo virtual lo que en buena medida ocurre en lo off line, pero que lo asumen como casi “normal”; “chicos y chicas saben y reconocen que se trata de algo que ocurre en las redes sociales, como si fuera concomitante, inevitable, algo que ‘toca’ por ser chica, o mujer.”

Como vemos una situación preocupante, ya que es difícil que una persona adopte medidas preventivas ante un tema cuando no ve peligro por ningún lado,  peligro, que indudablemente existe, a tenor de los casos de pederastia que diariamente se denuncian y se descubren circulando por las redes. En este sentido, imagina el caso de una chica “mona”, que cuelga su foto en bikini en Internet y que además escribe en su estado “que se encuentra triste y deprimida…”

 Por otro lado y según el mismo estudio los chicos parecen presentar cierta “inmunidad” ante estas cuestiones, así se señala que Los chicos, por otro lado, parecen menos sensibilizados hacia las redes sociales, pues tienen una relación más instrumental con las redes sociales; para ellos éstas sirven para “ligar”, entretenerse y divertirse, es decir, lo asocian a un lugar más de ocio y menos de expresión.

Además “apenas hablan de sentimientos o situaciones íntimas, expresan no haber vivido riesgos, y muestran no sufrir en exceso por los comentarios que se hacen en las redes” (Observatorio Vasco de la Juventud, 2010). Los jóvenes admiten que tienen necesidad de “mostrarse” en la Red, pero no reconocen que eso signifique exhibir o violentar su intimidad.

Con lo cual podemos concluir que el deseo de comunicarse es mucho más fuerte que el de guardarse, y que al mostrarse no se está necesariamente desnudando la intimidad, sino produciendo una actuación con el objetivo de estar visible en los espacios significativos donde transcurre la sociabilidad (Winocur, 2009). “
En definitiva, cuestiones para la reflexión y la acción que deben de venir conjuntamente desde la familia, la escuela y la comunidad para ayudar, de modo muy especial, a nuestras chicas a mantener unas relaciones saludables con estas nuevas herramientas, que querámoslo o no son un instrumento esencial en sus relaciones sociales, y en este sentido no podemos  olvidar la gran importancia que los amigos y las relaciones sociales tiene para el y la adolescente.
Mª Julia Parras Cañada
Lda. en Pedagogía
Coordinadora de "Ciudades ante las drogas"