La relación que los jóvenes
mantienen con las TIC en general y las redes sociales en particular es
sumamente diferente del acercamiento que a estas herramientas realizamos los
adultos.
Hoy día, a las nuevas
generaciones se las conoce por el sobrenombre de “nativos digitales”, de tal
manera que estas tecnologías de la información y la comunicación están tan
presentes en su mundo y su realidad que no conciben la vida sin ellas. No es
difícil encontrar chavales de 14
a 24 años, incluso mayores, que experimentan auténticos
ataques de ansiedad cuando su móvil se queda sin batería o Internet no
funciona. Mucho me temo que en un futuro no muy lejano el tratamiento a las
adicciones sin sustancia se va a incrementar de forma muy significativa.
Ahora bien, tal y como
establecen dos importantes estudios publicados recientemente en nuestro país: “Jóvenes
y Género” del Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud y
otro, centrado en nuestra Comunidad Autónoma y desarrollado desde las Universidades
de Sevilla y Huelva “Diferencias de género en los estilos de vida de los adolescentes”,
alertan de que las formas de aproximación a las redes sociales entre chicas
y chicos es radicalmente diferente, apuntando a diferencias asociadas al
género.
En general, las mujeres tenemos cierta tendencia a hablar
con nuestras amistades (en general otras mujeres) sobre nuestros pensamientos,
deseos e intimidades de forma más directa que los hombres (y esto desde mi
punto de vista se debe tanto a razones educativas y culturales como de
organización neurológica del cerebro). Pues bien, esta realidad se traslada de
forma habitual al mundo virtual, de tal manera que según estos estudios, las
chicas suelen introducir en sus perfiles sociales mucha más información de
carácter personal y emocional, que los chicos de su edad, con el consiguiente
peligro que ello entraña. A este respecto se señala en el estudio llevado a
cabo por el centro Reina Sofía que “Las
chicas, en principio, parecen menos
sensibilizadas hacia estos peligros, porque “en comparación con los
chicos, ellas describen en sus perfiles situaciones más personales e íntimas;
exponen con mayor frecuencia fotografías, autofotos y fotos sensuales, y
utilizan más frecuentemente las redes sociales como espacio de relación con sus
amistades.
Al
tiempo que se exponen personalmente más que los chicos, también reciben más
solicitudes de amistad; más propuestas de desconocidos y proposiciones
sexuales; conocen competiciones donde son puntuadas por su físico.
Las chicas viven en las redes sociales un riesgo a ser acosadas y una
vulnerabilidad mayor que los chicos” (Observatorio Vasco de la Juventud, 2010).
Este
último Informe señala que las chicas remiten numerosos casos de acoso en la Red,
traspasando a lo virtual lo que en buena medida ocurre en lo off line, pero que
lo asumen como casi “normal”; “chicos y chicas saben y reconocen que se trata
de algo que ocurre en las redes sociales, como si fuera concomitante,
inevitable, algo que ‘toca’ por ser chica, o mujer.”
Como
vemos una situación preocupante, ya que es difícil que una persona adopte medidas
preventivas ante un tema cuando no ve peligro por ningún lado, peligro, que indudablemente existe, a tenor
de los casos de pederastia que diariamente se denuncian y se descubren
circulando por las redes. En este sentido, imagina el caso de una chica “mona”,
que cuelga su foto en bikini en Internet y que además escribe en su estado “que
se encuentra triste y deprimida…”
Por
otro lado y según el mismo estudio los chicos parecen presentar cierta
“inmunidad” ante estas cuestiones, así se señala que “Los chicos, por
otro lado, parecen menos sensibilizados hacia las redes sociales, pues tienen
una relación más instrumental con las redes sociales; para ellos éstas
sirven para “ligar”, entretenerse y divertirse, es decir, lo asocian a un lugar
más de ocio y menos de expresión.
Además
“apenas hablan de sentimientos o situaciones íntimas, expresan no haber vivido
riesgos, y muestran no sufrir en exceso por los comentarios que se hacen en las
redes” (Observatorio Vasco de la Juventud, 2010). Los jóvenes admiten que
tienen necesidad de “mostrarse” en la Red, pero no reconocen que eso signifique
exhibir o violentar su intimidad.
Con
lo cual podemos concluir que el deseo de comunicarse es mucho más fuerte
que el de guardarse, y que al mostrarse no se está necesariamente desnudando la
intimidad, sino produciendo una actuación con el objetivo de estar visible en
los espacios significativos donde transcurre la sociabilidad (Winocur, 2009). “
En definitiva, cuestiones para
la reflexión y la acción que deben de venir conjuntamente desde la familia, la
escuela y la comunidad para ayudar, de modo muy especial, a nuestras chicas a
mantener unas relaciones saludables con estas nuevas herramientas, que
querámoslo o no son un instrumento esencial en sus relaciones sociales, y en
este sentido no podemos olvidar la gran importancia
que los amigos y las relaciones sociales tiene para el y la adolescente.
Mª Julia Parras Cañada
Lda. en Pedagogía
Coordinadora de "Ciudades ante las drogas"
CON ESTE ARTÍCULO SE ANALIZAN ALGUNAS DE LAS DIFERENCIAS DE GÉNERO CON QUE LOS ADOLESCENTES SE ENFRENTAN A LAS REDES SOCIALES
ResponderEliminarCON ESTE ARTÍCULO SE ANALIZAN ALGUNAS DE LAS DIFERENCIAS DE GÉNERO CON QUE LOS ADOLESCENTES SE ENFRENTAN A LAS REDES SOCIALES
ResponderEliminar