¿Qué son las adicciones sin sustancia?
El Juego patológico, adicción al trabajo,
compras compulsivas o adicción a Internet, son algunas de las llamadas
adicciones sin sustancias también conocidas como psicológicas o comportamentales.
Las adicciones sin sustancia presentan similar
perfil clínico y enfoque terapéutico que
las adicciones con sustancias, ya que en ambas existe tolerancia,
dependencia y síndrome de abstinencia.
Una de cada cuatro personas sufre
estos trastornos de la conducta. Según los estudios epidemiológicos la
prevalencia se sitúa entre el 10-15% de la población general.
Sin embargo, estas nuevas adicciones pasan más
inadvertidas y son más aceptadas socialmente, ya que no se mueven en un
mundo marginal como las drogas, sino que son procesos de uso habitual e
incluso necesario en muchos niveles laborales. Además, son más aceptadas
socialmente porque, en el caso de las nuevas tecnologías, es una cuestión
solo de tiempo dedicado: la mayor parte de la gente usa Internet o móviles, el
adicto solo lo usa mucho más tiempo”.
Generalmente transcurren varios años desde que
aparecen los primeros síntomas hasta que se realiza el diagnóstico porque el
paciente no suele tener conciencia de enfermedad y los familiares pueden tardar
en darse cuenta de la situación.
¿Puede desarrollarse adicción a comprar?
La adicción a las compras es un impulso incontrolable para
adquirir objetos inútiles o superfluos que conlleva un gasto excesivo,
por encima de las posibilidades económicas de la persona. De hecho, los derroches de dinero facilitan conductas
de morosidad que están asociadas a este tipo de problema. La
gratificación deriva, más que de la utilidad de los productos, del propio
proceso de comprar.
A grandes rasgos, las características que definen a un adicto a las compras:
- Cuando entran en un centro comercial suelen experimentar una subida de adrenalina que les hace perder el control.
- Adquieren artículos que no necesitan.
- Gastan más de lo previsto.
- Después de comprar, tienen sentimientos de culpa o vergüenza.
- Viven las compras con un alto nivel de estrés y no son capaces de disfrutarlas.
Las consecuencias de la adicción a la compra suelen ser muy
negativas: deudas, problemas con la justicia (estafas, hurtos, etc.), deterioro de las relaciones interpersonales,
divorcio e intentos de suicidio.
De hecho, la depresión puede facilitar esta adicción, pero
también puede ser una consecuencia de la misma.
¿Cómo reconocer a un adicto a las compras?
destacar varios puntos:
1. El consumo abusivo debe mantenerse en el tiempo para considerarse
adicción. Se trata de un problema que se sufre durante todo el año, y no en
épocas de liquidaciones como dicen algunos, en esa época sólo se exacerban los
síntomas, pero el adicto se caracteriza, por la repetición insistente del deseo
de gastar.
2. La segunda característica es que tiene consecuencias negativas
para quien la practica, y aún así la mantiene.
Según los datos que se manejan, el porcentaje de adictos
a las compras que llegan a esta situación patológica y de pérdida de control es
del 3% aproximadamente.
¿Esta adicción
se da igual entre hombres y mujeres?
A pesar de la idea de que son las mujeres las mayores
adictas a las compras, en realidad la diferencia está sólo en el tipo de
productos que adquieren unas y otros. Las mujeres se decantan más por las
joyas, la lencería o los cosméticos; mientras que los adictos varones compran
móviles, informática, tecnología...
Ahora bien, como todos los adictos, también los que lo son
a las compras se pueden recuperar de su problema, aunque el primer paso que
deben dar es reconocer que tienen un trastorno.
Para tranquilizar al personal, si usted "es feliz
con lo que compra, usa los artículos que ha adquirido y se gasta dentro de sus
posibilidades", tal vez no sea más que un poco consumista, pero dentro de
los parámetros normales
Mª Julia Parras Cañada
Coordinadora
de CAD
Ayuntamiento de Torredelcampo