Desde
hace un tiempo venimos observando la extensión de la moda del vapeo entre
nuestros adolescentes y jóvenes.
Vapear
es inhalar el humo que se desprende de un dispositivo que puede contar con un
calentador, como es el caso de la cachimba, narguile o pipa de agua, o una pila
que calienta un líquido, generalmente una especie de alcohol donde se disuelve
la nicotina y otros componentes aromáticos o de sabor, como es el cigarrillo
electrónico.
La
cachimba, de amplia tradición oriental, se extendió por Europa y Estados Unidos
a lo largo del siglo XXI. Sin lugar a dudas su carácter exótico, forma de consumo
grupal y la baja percepción de riesgo están contribuyendo a su fama y difusión.
Un
estudio realizado en la Campiña sur de Jaén en 2018 llegaba a similares
conclusiones en relación con la creencia sobre la inocuidad de esta forma de
consumo de tabaco, hasta el punto de que algunos padres y madres han regalado cachimbas a su hijo/a adolescente como medio
de evitar que tome contacto con cosas más peligrosas.
Son
ya diversos los estudios que advierten del riesgo de este tipo de consumo entre
los jóvenes, para empezar y aunque algunos no añaden nicotina o tabaco al agua
de la cachimba, si que suele mezclarse con aromatizantes y sustancias que dan
sabor y que permiten al adolescente irse introduciendo en el mundillo de fumar
con las repercusiones que a nivel psicológico conlleva, entre otras, “el
sentirse mayores”, además de ser una forma de inicio. Además no podemos
olvidar que detrás de todo esto están las empresas tabaqueras intentando
reclutar nuevos clientes, motivo por el cual las sustancias aromatizantes
suelen tener un sabor y olor agradable a los niños y niñas.
Por
otro lado, la Organización Mundial de la Salud advierte que cuando se inhala
vapor de cachimba con tabaco, el perjuicio para la salud es similar al que se
produce por consumo de cigarrillos.
Por
su parte la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica advierte:
“LAS PIPAS DE AGUA
SON TAN NOCIVAS COMO FUMAR CIGARRILLOS, YA QUE PUEDEN CAUSAR CÁNCER, EPOC E
INFECCIONES, ya que:
Ø
Una sesión típica con este método de
fumar equivale a inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo y este humo
presenta los mismos niveles altos de C0, metales pesados y cancerígenos que el
de un cigarrillo.
- Contienen una concentración de nicotina por gramo similar al tabaco y también generan dependencia o adicción a la nicotina.
- Deben estar sujetas a una regulación similar a los productos del tabaco.
- El 13% de los fumadores europeos utilizan las pipas de agua y en España hay un 2% de fumadores que las usan, según el último Eurobarómetro.
- Es una tendencia al alza entre los adolescentes y el 28% de los jóvenes de entre 15 y 24 años europeos han intentado usarlas alguna vez”.[1]
Muchas
personas fumadoras utilizan los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar,
ahora bien todos los estudios están de acuerdo en que de utilizar estas
herramientas deben hacerse bajo prescripción médica.
En
conclusión, si bien se está produciendo un descenso en el porcentaje de jóvenes
que están dejando de fumar, se está incrementando el consumo de alternativas al
tabaco tipo cachimba con efectos nocivos para la salud.
Mª Julia Parras Cañada
Coordinadora de Ciudades ante las drogas
Lda. en Pedagogía y Grado en Historia del Arte
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